El sábado 20 de enero de 2024 en el Centro de Convenciones de la ciudad de Tlaxcala, se realizó un foro en materia de cultura denominado “Diálogos por la Transformación” organizado por un grupo plural de ciudadanas y ciudadanos de diferentes estados de la República mexicana (principalmente del centro del país), destacando la participación de artistas tlaxcaltecas en sus diferentes vertientes: pintores, muralistas, músicos, artesanos, poetas, etc., quienes oral y por escrito expresaron sus diversas experiencias, trabajos, limitaciones presupuestales y proyectos tanto personales como grupales.
Quiero precisar que la esencia de las ponencias no estuvo en la presentación de las mismas como una forma de desahogo. Fue el escaparate de los serios problemas que pasan los artistas para lograr apoyos económicos; espacios de exposición y venta; mínima o nula difusión a sus eventos; discriminación a su trabajo, entre otros muchos aspectos que enfrentan para darse a conocer e incluso, para poder sobrevivir.
Las conductoras fueron la Senadora Susana Harp Iturribaria y la tlaxcalteca Citlalli Xochitiotzin Ortega, quienes tuvieron una participación destacada en la moderación al otorgarles respeto y total apertura a cada ponente de acuerdo a su área artística y cultural.
Si las autoridades de un país, estado, municipio o comunidad no consideran, valoran y dan importancia a los creadores artísticos, paralizan su desarrollo. Es decir, sin apoyo al arte y cultura propician que se limite la expresión, imaginación, creatividad, sensibilidad y cosmovisión no sólo de los directamente interesados, sino de toda la sociedad en su conjunto. En otras palabras, crean límites de ir más allá de lo simplemente material.
Así mismo, la Senadora Susana Harp informó que “Diálogos por la transformación” estará en próximas fechas en diferentes estados de la República, recogiendo las diversas ideas, proyectos e inconformidades de los artistas. Acción que me parece
acertada para continuar con una transformación ideológica que el actual gobierno nacional está realizando. Los artistas merecen ser escuchados y apoyados, principalmente todos aquellos que viven en zonas rurales o procedentes de algún grupo indígena que habitan el territorio mexicano (según INEGI 68 pueblos) y a quienes, por cierto, les debemos la sociedad mayoritaria, respeto, autonomía, dignificación y mejores condiciones de vida.
El lunes 23 de enero del 2024 nuevamente la Secretaría de Cultura del Estado rindió un homenaje póstumo al maestro Luis Reyes García a 20 años de su partida. El investigador a quien agradaba le llamaran “Antropólogo indio”, nació en Amatlán de los Reyes Veracruz, pero fue en Tlaxcala donde vivió gran parte de su vida profesional y académica. Sus investigaciones y estudios de los pueblos indígenas a través de diversos documentos que encontró en bibliotecas, archivos municipales, estatales, nacionales e internacionales, así como los resguardados por fiscalías o mayordomías; le permitieron aportar a la comunidad científica, estudiantes y población en general, un gran acervo documental y bibliográfico. Algunas de sus aportaciones fueron: traducciones al castellano de un gran número de documentos escritos en náhuatl, el libro La Historia tolteca-Chichimeca, Códices Mexicanos, La Escritura Pictográfica en Tlaxcala, Historia Cronológica de la Noble Ciudad de Tlaxcala; por cierto, en palabras del secretario de cultura en Tlaxcala Antonio Martínez Velázquez, la institución a su cargo reeditará esta obra. Podría seguir señalando un sinnúmero más de publicaciones del etnólogo, historiador y lingüista, pero prefiero destacar su humildad, respeto a su pasado histórico y una gran calidad humana que lo caracterizaba en todo momento y en cualquier lugar.
Sus biógrafos no se han equivocado al reconocer a Luis Reyes García como el antropólogo indio, el nahuatlato. Para él siempre fue orgullo ser indígena y nunca lo negó o trató de mostrarse diferente a sus raíces genealógicas. Por ello, en todo momento declaró en reuniones de trabajo académico o con amigos que uno de sus objetivos era contribuir en la formación de profesionistas indígenas bilingües y
al parecer lo consiguió, la muestra está en el nutrido grupo de investigadores indígenas que ayudó a formarse en la Universidad Veracruzana o en la Autónoma de Tlaxcala. Aunque cabe reconocer que cualquier plática con él era una cátedra y en ocasiones, acompañada con un vaso o jarro de pulque. Cuando lo conocí, si me lo permiten narrar brevemente, fue en su casa a invitación del amigo, compañero y gran Antropólogo Raúl Castro Meza+. Al saber de su trascendencia científico-académica, pensaba encontrar al intelectual de élite que mantiene su distancia hacia los demás, sin embargo, conocí a un destacado maestro en el campo de las ciencias sociales a través de su charla amena, franca y con gran honestidad. Mantuvo en todo momento de su vida el principio filosófico de la igualdad.
La placa que colocaron con su nombre en la sala de exposición temporal del Museo de la Memoria, es parte mínima al reconocimiento que merece. La Secretaría de Cultura con la reedición de uno de sus trabajos estará honrando al destacado científico social Luis Reyes García. Pero, además, pondrá a disposición de la sociedad, un documento de gran valor para el estudio de los pueblos indígenas y de la historia tlaxcalteca en general.
De manera sucinta, el trabajo que está haciendo el gobierno del estado a través de la Secretaría de Cultura es proyectar, honrar, difundir, apoyar y solidarizarse con el trabajo artístico y cultural de quienes, en su mayoría, han estado olvidados. En consecuencia, la solidaridad es necesaria y urgente, si lo vemos desde la parte económica no es una pérdida sino una inversión. El arte y la cultura ha sido, es y será, una necesidad básica para cualquier sociedad que pretenda ser mejor en todos los aspectos. Recordemos, “no tan sólo de pan vive el hombre” y Tlaxcala tiene mucho que aportar de manera individual y/o en grupos o … ¿Usted qué opina?
PD. Por qué en el Congreso del Estado no existe la apertura y confianza para que la ciudadanía pueda visitar a las diputadas y diputados en sus respectivos cubículos sin tanto protocolo: ¿cuestión de seguridad, burocratismo o simplemente
una actitud elitista? Recuerdo que cuando pidieron el voto ciudadano no consideraron ninguno de los tres aspectos o ¿me equivoco?