9 / Feb / 2024 | Opinión

Reformas Constitucionales

El presidente de la nación Andrés Manuel López Obrador envió al Poder Legislativo un conjunto de reformas constitucionales, veinte en total

El 5 de febrero de 2024 se conmemoraron 107 años de haber sido promulgada la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el teatro de la República de la ciudad de Querétaro. En esa misma fecha, el presidente de la nación Andrés Manuel López Obrador envió al Poder Legislativo un conjunto de reformas constitucionales, veinte en total. Todas ellas con un sentido social, económico y porque no decirlo, electoral. Sin embargo, estas reformas desde el momento de su presentación e incluso antes, fueron y seguirán siendo motivo de diálogo y controversia entre los que están en contra y a favor de ellas.

En la conmemoración de la Constitución no asistieron los dos titulares del poder Judicial y Ejecutivo, enviando cada uno de ellos a su respectivo representante. Quienes participaron en tribuna, defendieron su postura ideológica y partidista. Destaco la participación del ministro Alberto Pérez Dayán (quien por cierto, con su voto de “calidad” echo abajo la reforma energética del actual presidente), representante de la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández; quien dejó ver las diferencias que mantiene el poder Judicial con el poder Ejecutivo e incluso, al final de su discurso expresó: “El poder Judicial de la Federación cumple su cita y da cuenta puntual de su encomienda con independencia, con autonomía, con honradez, con imparcialidad, libre de remordimientos y siempre comprometido con su vocación democrática. No lo duden ni un momento hay Constitución, que viva la Constitución de México”. Desgraciadamente, la realidad contradice a los epítetos que con emoción y desvergüenza expresó. Simplemente se olvidó de los últimos dictámenes emitidos por la Suprema Corte de Justicia a favor de una minoría empresarial extranjera, sin considerar el beneficio social.

Durante diversos periodos históricos del país, han existido entes perfectamente bien definidos: unos a favor del bien común, igualdad y democracia; y otros, a favor del beneficio personal o micro grupal, aduciendo la libre competencia y el derecho a ser aspiracionista (esto último contrario a “tener aspiraciones”). Con una ideología similar a estos últimos, fueron quienes trajeron a Maximiliano de Habsburgo para que nos gobernara, instalándose el segundo Imperio de la nación mexicana (el primero fue el de Agustín de Iturbide). Desgraciadamente, esa actitud de ir a pedir ayuda al extranjero no la han perdido. Hace poco tiempo, representantes de la coalición Fuerza y Corazón por México fueron a España y Estados Unidos a acusar al presidente López Obrador por su supuesto mal gobierno y por tener una ideología socialista, poniendo al país en peligro. Actitudes risibles y de pena ajena, es decir, siguen pensando que los mexicanos no somos capaces de resolver nuestros propios problemas. Para acabarla, la abanderada de la misma coalición PAN-PRI-PRD Xóchitl Gálvez acaba de asistir a la ciudad de Washington como parte de su gira por los Estados Unidos y nuevamente acusó al presidente nacional de haber invitado al presidente de Cuba, Venezuela, Colombia, etc. a un evento nacional y poner en riesgo el sistema de gobierno liberal-capitalista y convertir a México en un país socialista. Pero, además, culpó al mandatario de no impulsar el nearshoring (trasladar la fabricación o parte del proceso de fabricación a un país cercano) y se dio tiempo para proponer una agencia de aduanas norteamericanas con personal binacional para controlar el flujo migratorio, así como pedirles, cito: “no dejen a la democracia mexicana fuera de la agenda bilateral”. Es decir, ante la falta de apoyo por parte de la población mayoritaria (así lo dicen todas las encuestas) en sus aspiraciones presidenciales, no le importó mostrar una actitud de entreguismo y servilismo al gobierno estadounidense, similar al de varios presidentes pasados. Sus ridiculeces y graciosadas, para una candidata a la presidencia nacional, denigra a su persona y a los mexicanos en general.

Las veinte reformas deben analizarse por quienes integran el poder legislativo de manera puntual y sin prejuicios partidistas. Desgraciadamente, quienes pertenecen a las bancadas de oposición han expresado su rechazo a las mismas, sin un previo análisis. Defendiendo principalmente a las del poder Judicial y algunas instituciones más de orden autónomo, aunque sostenidas con presupuesto público, tales como: INAI, Cofece, IFT y CRE.

Les invito a leer las 20 reformas propuestas por el mandatario, su lectura les dará mayor claridad en cuanto a su propósito de las mismas. No se quede con la opinión de los comentaristas de tv o radio, la mayor parte de ellos dan un juicio de acuerdo a su tendencia ideológica, conveniencia o acorde a las indicaciones de su jefe. Mejor forme su propia opinión o… ¿Usted qué opina?

PD

En Tlaxcala la inversión por parte del gobierno estatal al sector salud en este año es destacado y aplaudible. Como dice la gobernadora –“la salud lo es todo”- y es cierto. Con la inversión de 25 millones de pesos en medicamentos a diferentes unidades médicas de primer y segundo nivel, está cumpliendo con un proyecto no tan sólo estatal, sino nacional. Sin embargo, algunos trabajadores de ese sector pareciera que entienden al servicio gratuito como un favor a la ciudadanía, asumiendo actitudes de prepotencia, autoritarismo y falta de respeto, ojalá sus directivos y la propia gobernadora pongan atención al respecto y les ofrezcan algunos cursos de relaciones humanas, empatía con enfermos y familiares, protocolo de atención, entre otros. Por cierto, una de las veinte reformas propuestas por el presidente, señala en una de sus partes: “garantizar la atención médica gratuita a todos los mexicanos.

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