Francisco Javier Mina, comunidad del municipio de San Pablo Zitlaltépec, en el oriente de Tlaxcala, colinda con el estado de Puebla y se ubica entre las faldas de la Malintzi y el cerro El Pinal, donde sus poco más de mil habitantes contarán, desde este 18 de junio, con la protección del Cristo de la Fe, imagen de un Jesús crucificado, hecha de madera que, una vez levantada, tendrá una altura de 12 metros, lo que la convierte en la más alta en todo el estado, la cual será bendecida por el obispo Julio César Salcedo Aquino.
El señor Eugenio Flores Navarro, originario de esta comunidad, fue el de la iniciativa, pues a falta de un Cristo en el templo de ese lugar, inició la labor que, después de un año 8 meses, se ve reflejada en la escultura de gran formato, el cuerpo de la imagen mide poco más de 6 metros, con un peso de mil 300 kilos, la cruz mide 15 metros y el peso total es de 9 toneladas.
La imagen de Jesús crucificado es de 7 metros, está ensamblada sobre la cruz de 15 metros de altura, escultura que aún permanece acostada, pero cuando la levanten para colocarla de pie, tres metros de la base de la cruz quedarán enterrados, por lo que la altura total será de 12 metros.
Ahora es ya un proyecto familiar, el Cristo de la fe, también puede llamarse el Cristo de maíz, pues don Eugenio, tiene un negocio de tamales en Apaseo el Alto, en Guanajuato, y con el fruto de su trabajo, su fe y su constancia, costeó la elaboración de la escultura.
Las seis hermanas del artífice de esta idea son custodias de esta imagen y son las que explican cómo se desarrolló la idea de su hermano Eugenio y cómo se concretó. Por lo que explican que el cuerpo de la imagen de Cristo es de madera de sabino y fue hecha en Guanajuato, por un artesano con problemas en la vista, mientras que la cruz es de madera de oyamel, de un árbol bajado de la Malintzi.
Con entusiasmo narran que “un día, en una homilía de domingo, el padre dijo que hacía falta un Cristo en la iglesia, porque no había”, por lo que su hermano, quien migró a Guanajuato para establecer su negocio de tamales, “hizo un Cristo grande… y todo ha sido con su esfuerzo, nosotras sólo lo estamos ayudando aquí”.
Mencionaron que el señor Eugenio contrató a un artesano, en Apaseo, quien elabora la imagen, pero tuvo problemas de salud y durante la elaboración de la escultura “tres veces fue operado en los ojos, porque ya casi no ve, prácticamente lo hizo al tacto”.
Señalan que el Cristo tenía que llegar a Javier Mina ensamblado con la cruz, pero algunas personas de Guanajuato lo querían comprar allá, por lo que Eugenio apresuró su traslado a Tlaxcala, “los planes de Dios era que llegara primero el Cristo y luego su cruz”.
Para la elaboración de la cruz subieron a la Malinche y bajaron el tronco de un árbol, pero el tamaño y el peso del madero, provocaron que éste cayera a un barranco y tardaron en sacarlo de ahí 7 meses, para después llevarlo a la comunidad, donde artesanos originarios de Cuetzalan, Puebla, esculpieron la cruz y después la ensamblaron con el cuerpo del Cristo de la fe.
La corona de este Cristo tiene 100 espinas, el cuerpo está unido en tres partes, una de los pies a las rodillas, otra parte es el torso y la tercera parte es la cabeza, “todo el trabajo y el material ha sido pagado por hermano, con la venta de tamales”.
La colocación de esta obra monumental ya está avalada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), instancia que ya dio los permisos necesarios para que sea colocada a un costado de la iglesia de esa comunidad.
Y para que este trabajo sea completado, el próximo domingo 18 de junio, el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, acudirá a bendecir la imagen, a las 12:30 horas del día, para que esta imagen ya pueda ser venerada por los católicos de todas partes, además, desde el sábado habrá una velada en el lugar, por lo que la familia Flores Navarro invita a todas las personas interesadas a acudir a conocer al Cristo de la Fe.