Hablar de la muerte sin conocer que es la vida es la mayor incongruencia de nuestra corta existencia.

Iniciemos con definir qué es la vida

“La vida es la interrelación armoniosa de nuestro cuerpo y nuestra mente con el medio ambiente”

Cuántas veces hemos pedido a Dios que ponga fin a nuestra vida, cuántas veces intentamos poner fin a esa nuestra vida. Nos olvidamos que ese cuerpo es sólo el vehículo que ha de conducir la carga completa de nuestras actitudes. Olvidamos que el final de nuestra vida llegará algún día sin necesidad de adelantar este proceso. Pero tristemente ese final no siempre es en la fecha que deseamos y menos aún en la forma que escogemos.

Como médico mil veces he enfrentado a la muerte, en cada paciente que se encuentra en estado crítico y que en su agonía parece pedir clemencia para morir sin más sufrimiento, algunas veces con un apretón de mano parece decirme ya no más, mi momento de partir ha llegado. La angustia reflejada por su rostro, un rostro pálido y frio con respiraciones superficiales y entrecortadas me tocan el alma, me conmueven de tal manera que quisiera poder acompañar en ese viaje a mi paciente.

Voy a permitirme platicar algunos de los casos que han dejado una huella en mi vida profesional y personal que están ligados a la vida y la muerte.

No perdamos la secuencia  todos los jueves.