“El significado del maíz no se describe, se siente en el alma, en el corazón y es el rostro de los mexicanos”, refirió, de manera contundente, Cornelio Hernández Rojas, quien agrega que “sembrando maíces nativos, es como luchamos por la preservación de esta herencia milenaria que tenemos en Ixtenco”.
En el marco de la conmemoración del Día Nacional del Maíz en México, Cornelio Hernández, ferviente defensor, de la preservación de los maíces nativos, su cultivo y preservación compartió algunas reflexiones en torno a este grano, que es base de la alimentación de los mexicanos.
Para el también antropólogo de profesión y campesino por elección, el maíz nativo es una herencia ancestral de miles de años “y nosotros tuvimos la fortuna de recibirla y también tenemos la obligación de dejársela a las siguientes generaciones, lo cual ha sido un trabajo muy intenso, pero afortunadamente los campesinos de Ixtenco han sido muy receptivos para que valoraran este legado y este tesoro”.
Congratulado, expresó que “hoy Ixtenco se aferra al maíz, el maíz es pasado, presente y es nuestro futuro, y se debe seguir trabajando para tener certeza de este futuro, un futuro incierto ante políticas públicas que no siempre van acordes a nuestra realidad, pero frente a todo ello debemos seguir y seguir sembrando”.
Refirió que la lucha por la defensa de los maíces nativos es desde principios de este siglo, “en algún momento ha sido muy preocupante la situación, cuando las autoridades responsables de cuidar nuestro patrimonio, más bien parecían estar en contra, pues estaban manifestando su beneplácito porque en México pudieran sembrarse maíces transgénicos”.
Pero, “afortunadamente, las demandas que han presentado organizaciones campesinas y la sociedad civil, en el sentido de que no se permitiera la siembra comercial de maíces transgénicos, volvió hacer cargo en el gobierno y se logró aprobar una ley que protege a los maíces nativos, una ley que, por lo menos en Tlaxcala, ya había sido aprobada desde 2012 y que en estados como Morelos, Michoacán y Colima también había sido aprobada.
Añadió que actualmente hay una ley que tiene vigencia en todo el territorio nacional, “sin embargo, está la ley, pero no hay acciones tendientes a fortalecer la siembra de maíces nativos y protegerlos, no hay reglamento para que surta efecto la norma”.
Cornelio Hernández explicó que convocar la elaboración de un reglamento compete a un comité técnico, cuyo secretario ejecutivo es el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Hugo Villalobos, y deben sumarse otras instancias como la Secretaría de Cultura, la Semarnat, la Comisión de pueblos indígenas, etcétera.
Hace falta ese pasó que el secretario ejecutivo del Consejo Nacional del maíz convoque para que se elaboró el reglamento y se especifiquen las formas en que se va aplicar la ley hasta el momento quién está impulsando una primera acción es la secretaría de cultura que este 29 de septiembre abre sus puertas en tecali casa del Maíz y que tendrá como objetivo impulsar el cuidado y preservación del Maíz nativo
Consideró que un primer paso ya lo dio la Secretaría de Cultura al instalar la “Cencalli”, la casa del maíz y la cultura alimentaria en la ciudad de México, la cual será inaugurada este día, “pero faltan muchísimas acciones, que las instancias responsables de políticas públicas también impulsen acciones, no solo de protección a las semillas”.
“Faltan acciones tendientes a mejorar las condiciones de vida de los campesinos, lamentablemente, en el campo hay un deterioro en cuanto a calidad de vida de los campesinos, porque también ellos han modificado su forma de vida, antes hablábamos de sociedades campesinas de auto consumo, pero ahora ni para eso están produciendo, hace falta orientar políticas hacia diversas facetas de la vida cotidiana de los campesinos”, abundó.
“Soy campesino, he sentido los rayos del sol en la espalda, los golpes del granizo en la cabeza, he caminado sobre la tierra caliente y la tierra húmeda, yo puedo decirlo, pero hay campesinos que ni siquiera han podido expresar eso, lamentablemente se les ha negado la voz, han sido silenciados, minimizados desde hace décadas… antes importaban como voto verde, ahora se ha diezmado mucho la población campesina, y lo que creemos, quiénes estamos haciendo trabajo de concientización es que los campesinos sean la esperanza verde, que no vuelvan a ser el voto verde, sino la esperanza verde de México”, sostuvo.
Por la cantidad e colores de maíz que se cultiva en Ixtenco, han considerado que esa comunidad es un santuario de los maíces nativos. En el estado de Tlaxcala hay alrededor de 12 razas de maíz y los genetistas han ubicado seis de ellas en esa comunidad.
La clasificación que han hecho los campesinos de Ixtenco, de los colores del maíz nativo, es: blanco, cremoso, amarillo, rojo, azul, negro, rosa, maíz panela o trigueño y maíz arrocillo, entre otros.
