25 / Ago / 2022 | Opinión

Mujeres tejiendo historias

A lo largo de la historia, hemos podido observar las conquistas de generaciones de mujeres poderosas, resilientes, inteligentes y organizadas que nos han abierto el camino

A lo largo de los tiempos, podemos documentar esta reiterada pretensión de alejar a las mujeres de nuestro derecho a la participación política y de callar nuestra voz en la esfera pública para negarnos el legítimo derecho del ejercicio del poder. 
 
La historiadora británica Mary Beard comparte que, en La Odisea, se brinda un modelo para silenciar la voz de las mujeres, cuando Penélope da una orden y es reconvenida por su hijo Telémaco, quien la calla y manda ocuparse de sus labores propias, es decir, “del telar y la rueca”. Argumentando: “La palabra debe ser cosa de hombres, de todos, y sobre todo de mí, de quien es el poder en este palacio”. Obediente, Penélope se retira a sus habitaciones.
 
Pero también, a lo largo de la historia, hemos podido observar las conquistas de generaciones de mujeres poderosas, resilientes, inteligentes y organizadas que nos han abierto el camino.
 
La paridad es expresión de la democracia incluyente y constituye un parámetro de interpretación del principio de igualdad sustantiva que no admite pacto en contrario (ONU Mujeres México, 2016), un camino que abona el camino a la igualdad es la recuperación de la memoria histórica de las mujeres, como un poderoso instrumento político y social que visibiliza las voces y las vivencias de las mujeres que han sido relegadas al olvido de manera injusta.
 
Las mujeres hemos estado presentes a lo largo de la historia desde nuestra capacidad de construir y tejer comunidad desde la cotidianeidad y desde nuestra participación política y pública. Hemos estado ahí forjando historia, pero hemos sido profundamente invisibilizadas, minimizadas y olvidadas. Es por ello, que resulta relevante seguir impulsando iniciativas que permitan recuperar la memoria histórica y los aportes femeninos, para reconocer, honrar y aprender de la lucha de generaciones de mujeres que se atrevieron a salir de su zona de confort para trabajar y aportar sus granitos de arena para sostener sueños más allá de las palabras resignación y abnegación.
 
Una importante forma de valorar el papel de las mujeres es conocer su legado y dimensionarlo, por ejemplo, en la inscripción de sus nombres en los muros de honor de los poderes legislativos tanto estatales como nacionales.
 
En la Cámara de Diputados, se encuentran en letras de oro los nombres de personas ilustres, sólo 9 de ellas son mujeres, lo que nos permite observar la inequidad en la memoria que desdibuja y desprecia el hacer, el saber y la presencia de las mujeres en lo público y lo privado.
 
Los 9 nombres de las mujeres en el Muro de Honor de la Sala de Sesiones del Recinto Legislativo de San Lázaro son: Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario Mariana R. del Toro Lazarín, Antonia Nava de Catalán, Carmen Serdán, Margarita Maza de Juárez, Sor Juana Inés de la Cruz, cuyo nombre fue incorporado en 1995; siendo hasta el 2021 que se inscribieron los nombres de Hermila Galindo Acosta y Elvia Carrillo Puerto.
 
A nivel local, debemos observar cuántos nombres de mujeres están inscritos en los muros de honor y abonar a la tarea de la recuperación de la memoria histórica de las mujeres desde lo local para no permitir que su legado se pierda en el anonimato, porque gracias a tantas mujeres valientes, tanto en ámbito privado como en el público, este México ha transitado a la paridad, porque la lucha de las mujeres nos permite hoy tomar la voz y ejercer nuestros derechos a la igualdad, a la libertad, a la no discriminación, a una vida libre de violencia, a la transparencia, a la rendición de cuentas, y a la participación política, entre otros.
 
Por ejemplo, en Tlaxcala solo el nombre de doña Natalia Teniza Portillo, quien líder agraria, campesina, política, legisladora y partera, se encuentra inscrito en el Muro de Honor del Congreso del Estado; sin embargo, hay más historias de mujeres que deben ser conocidas y valoradas.
 
Desde la iniciativa “Mujeres Diversas, Historias Grandiosas”, apoyada por la International Women’s Media Foundation y el programa VAW-PM del NDI, se realizaron una serie de entrevistas que pueden visitarse en las redes sociales de Mujeres en Consenso @mujeres.enconsenso, se puede conocer la historia de María de los Ángeles Grant Munive, primera legisladora local y federal por Tlaxcala, de Alma Inés Gracia Torres, quien también fue legisladora local y federal en momentos en que las cuotas de género y la paridad estaban lejos de vislumbrarse. Así como la historia de otra mujer tlaxcalteca que fuera legisladora federal integrante de la LV Legislatura y primera secretaria general del Sindicato de Costureras 19 de septiembre, Evangelina Corona Cadena.
 
Conocer la historia de vida de las mujeres que se han atrevido a ser ellas mismas para mirar más allá en las muchas posibilidades que se abren cuando se sueña en igualdad, libertad y justicia; cuando el espíritu se hace valiente y cuando el único camino es no dejarse paralizar por el miedo, el qué dirán o la autocondescendencia, es un acto profundamente político porque construye referentes y permite observar que el camino ha sido a contracorriente, debido a los estereotipos y los prejuicios que continúan subvalorando nuestras capacidades, habilidades e inteligencia.
 
Es importante no perder de vista que somos herederas de convicciones democráticas que han acompañado la tarea de forjar patria, y hemos estado a luchando a brazo partido lo mismo que ellos, en la Independencia y en la Revolución, y en todos los movimientos sociales y políticos por la igualdad y la justicia.
 
El reconocimiento de nuestra ciudadanía y el ejercicio de nuestros derechos no han sido  por graciosa concesión nada lo ha sido, todos los avances, todas las conquistas y todos los logros han sido resultado del tesón, la pasión, la emoción, las habilidades políticas, las capacidades de negociación, los estudios y generación de contenidos…, en resumen, del ejercicio de un poder en femenino y sororal, que es compartido y que ha hilvanado los golpes de certeza que las feministas hemos dado para hacer efectivo el ejercicio de nuestros derechos político-electorales.
 
Hemos transitado de una serie de acciones afirmativas en materia político-electoral al reconocimiento del principio constitucional de paridad y cada vez más mujeres asumimos cargos y puestos, pero aún no tomamos el poder y las decisiones en pie de igualdad, pero seguimos sumando esfuerzos, para afianzar la participación de las mujeres en el espacio público y político y hacer que ésta sea libre de violencia, amplían y fortalecen la democracia al proteger y garantizar el ejercicio de los derechos políticos de toda la ciudadanía.

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