Muchos temas por compartir, los derechos de las mujeres van reivindicándose, y con muchos retos aún, importante fue el fallo de Máximo Tribunal del país sobre la no criminalización del aborto y la consideración como discriminatoria -especialmente contra las mujeres- de la disposición normativa que establecía una pena menor para el delito de violación entre cónyuges, concubinos, concubinas y parejas civiles, que la pena para la violación en general.
El primero es un tema que admite un debate muy amplio y en el que las posturas pueden llegar a ser radicales, sin menospreciar jamás el derecho a la vida, con una base científica y lógica la Suprema Corte de Justicia de la Nación determino que es inconstitucional criminalizar el aborto de manera absoluta, y se pronunció por primera vez a favor de garantizar el derecho de las mujeres y personas gestantes a decidir, sin enfrentar consecuencias penales. Si bien el producto de la gestación merece una protección, precisó que esa protección no puede desconocer los derechos de las mujeres y personas gestantes a la libertad reproductiva. Esta decisión al alcanzar la unanimidad, impacta en la resolución de casos futuros.
Es palpable cómo identificamos y valoramos a las mujeres a partir de las bondades de la maternidad, las preparamos para ello, sancionamos el incumplimiento casi pulcro del cuidado que deben tener a hijos e hijas, por ello no resulta incomprensible que el derecho a decidir les sea tan velado, gran avance, no se trata de promover el aborto, eso no es lo que se logró, sino el reconocimiento a un derecho ampliamente exigido.
Los cuidados no remunerados
La semana pasada la Universidad Autónoma de Tlaxcala en coordinación con su homóloga de Nayarit y a través de las Maestrías de Estudios de Género organizaron el “X Coloquio de Genero y Estudios Culturales”, un espacio de reflexión, innovación y propuestas en torno a los cuidados y la gestión de la vida a partir de las condiciones establecidas por la pandemia evitando propiciar desigualdades y acrecentar la vulnerabilidad.
Tema relevante, recordemos que ONU reconoce que el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado frena a las mujeres pues estos todavía recaen de manera desproporcionada en las mismas, lo que limita nuestro potencial económico, destaca que la pandemia COVID-19 ha afectado aún más, los medios de vida de las mujeres.
Según ONUMUJERES México las mujeres dedican hasta el doble o hasta cinco veces más tiempo que los hombres al trabajo no remunerado, lo que limita sus oportunidades educativas, laborales y les deja menos tiempo para el descanso, el ocio o la participación política.
Es evidente que hablar de compromisos y programas en favor de los derechos de las mujeres ameritará atender los temas de cuidados no remunerados, bien por el esfuerzo de las académicas e investigadoras universitarias, esperamos sus conclusiones sean consideradas por quienes diseñan y ejecutan las políticas públicas.
Paridad pendiente.
En dicho espacio, distinguida con la posibilidad de participar como conferencista por el Estado, compartí como las mujeres, que ya debemos ser parte de todos los órganos tomadores de decisiones, en todos los niveles de gobierno, poderes públicos, organismos constitucionales autónomos y órganos colegiados, todavía tenemos gran trecho que recorrer. Un ejemplo de ello, es que por un lado, con gran satisfacción vemos como esta es la primera vez que en la vida de nuestro país tendremos el mayor número de mujeres gobernadoras de forma simultánea y una Cámara de Diputados paritaria ya, pero por el otro, y pese a ello, en el caso de los gabinetes, distan mucho de ser paritarios, entre los estados con gobernadoras, la integración de mujeres en sus gabinetes legales es de : Ciudad de México 47%, Campeche 47%, Tlaxcala 26% y Chihuahua 31%; y en el caso de la Cámara de Diputados y Diputadas, si bien hay presencia de las mujeres en los órganos rectores, en la Junta de Coordinación Política, no hay una sola mujer.
Avanzamos en las posiciones de poder, pero pese a ello, en los órganos colegiados las mujeres no dirigen los puestos principales, ni administran los entes, las mujeres no empoderan mujeres, la falta de mujeres preparadas o que reúnan los requisitos legales y políticos no es una causa, sino la reproducción natural de estereotipos, incluso entre las mujeres empoderadas. Esta baja proporción de mujeres en la toma de decisiones económicas y políticas obedece que existen barreras tanto estructurales como ideológicas.
Deseamos éxito a la Gobernadora de Tlaxcala, y a las mujeres secretarias que la acompañarán en su encomienda, mujeres de las cuales me consta su capacidad y compromiso, un acierto es contar, por segunda vez en la entidad con una Procuradora, cuyo perfil y antecedentes son muy positivos, como lo fueron los de la primera fiscal estatal.
Éxito también a las autoridades y titulares de las altas responsabilidades en el Estado, a quienes solicitamos, independientemente del área que encabecen, dimensionen el gran compromiso que tienen para cumplir con la política nacional de igualdad, la necesidad de integrar una agenda legislativa en materia de género e igualdad, promover un cambio cultural para la participación efectiva e igualitaria de las mujeres en la toma de decisiones, y sobre todo para realizar una función con y desde la perspectiva de género.
Queremos ver mujeres empoderadas y autoridades con perspectiva de género como algo cotidiano.
*Magistrada en retiro.